En primer lugar, define la forma del corazón del labio. Un labio con la uve muy marcada dará personalidad y elegancia a la boca, y por el contrario, un labio más redondeado dará mayor volumen y sensualidad. Asegúrate que ambos lados de la uve sean iguales para evitar cualquier asimetría ya que te servirán para delinear el resto del labio superior.

A continuación, une cada extremo de la forma de la uve con la comisura del labio, dando una ligera forma curvada para aumentar el volumen de éste.

Después, pasa al labio inferior. Delinea primero el centro y una ambos lados de las comisuras. Cuanto más pequeña sea esta línea de referencia, más redondeado se verá el labio. Si decides hacerla más larga, el labio se verá más ancho.

Como cuarto paso, pasa un pincel de labios sobre la zona perfilada antes de aplicar el labial para que se funda con el tono de tu color de labios y conseguir un resultado más preciso, limpio y natural.

Finalmente, rellena aplicando la barra de labios. Si quieres un look sofisticado, elige un perfilador del mismo color de la barra para que el color quede mucho más intenso, permanente y evitar que el pintalabios se corra hacia las pequeñas arruguitas del labio.