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Ilumina tu rostro con un solo producto.
#ELTRUCODELAC
El strobing en modo fácil: un stick cremoso para marcar tus facciones con puntos de luz. Descúbrelo aquí¡Todas queremos brillar! En el trabajo, con nuestra personalidad... ¡y con nuestro maquillaje! Pero en el mejor sentido de la palabra: sacándonos el máximo partido y potenciando nuestra belleza natural. Y para lograrlo hay un producto infalible: el iluminador o highlighter. No importa si eliges una base de maquillaje mate o brillo, esta técnica llamada strobing, que consiste en crear puntos de luz, es compatible con cualquiera de ellas, ¡y súper favorecedora! Puedes utilizar iluminador tanto en tus looks de día como de noche; hay diferentes fórmulas, formatos y tonos; y no solo funcionan en el rostro, también puedes aplicarlo en las clavículas o los hombros para un efecto deslumbrante total.
Pero no basta con tener el producto, -por ejemplo, nuestro stick en crema Master Strobing-, hay que saber cómo utilizarlo correctamente. Aplicar iluminador por toda la cara no conseguirá el efecto deseado. A continuación, te contamos todo lo que deberías saber sobre el highlighter o la técnica del strobing.
Incluir el iluminador en tu maquillaje es un pequeño gesto que cambiará el resultado por completo. De hecho, puedes usarlo en looks potentes y como básico en rutinas sencillas de pocos productos. La función del iluminador facial es crear puntos de luz estratégicos, como si los rayos de sol o cualquier otra fuente de luz incidiera directamente en las zonas más altas del rostro (pómulos, hueso de la ceja, nariz...), redefiniendo sus volúmenes. Es el mejor compañero del contouring ya que se complementan creando un juego perfecto de luces y sombras pero también puede utilizarse solo o, como decíamos, con otros básicos de maquillaje como el corrector o la máscara de pestañas.
A la hora de elegir los mejores iluminadores hay muchos factores que puedes tener en cuenta: la textura, el tono... Los más cómodos y fáciles de aplicar son los iluminadores en barra, como nuestro Master Strobing, que se desliza suavemente sobre la piel y se funde con ella con pequeños toquecitos o con una brocha. Además tiene dos tonos: uno más frío o otro más cálido, para que elijas el que mejor le va a tu piel o al look.
Para realizar el strobing perfecto es importante identificar los volúmenes naturales del rostro y/o dónde queremos crearlos. Las zonas que iluminemos se llevarán todo el protagonismo, por eso es importante saber dónde aplicarlo. Eso no significa que no puedas utilizar highlighter en otras partes pero, como en todo, antes de romper las reglas es fundamental conocerlas. Después, a fuerza de practicar y estudiar tu rostro, podrás crear looks y efectos diferentes.
Las fórmulas en crema son muy fáciles de trabajar: se pueden aplicar con las yemas de los dedos o, si son en barra, directamente sobre la piel, deslizándola por la parte alta de los pómulos y sienes, el hueso de debajo de la ceja, el puente de la nariz o el arco de Cupido. Siempre con trazos ascendentes para conseguir un efecto lifting. Como te decíamos, los iluminadores en crema para el rostro se difuminan muy bien y, al mismo tiempo, iluminan de manera localizada, para evitar que el brillo se extienda a otras partes del rostro. Pero también puedes aplicar iluminador en las clavículas o en los hombros. Así, si llevas esas zonas al descubierto, conseguirás un resultado más armónico, como cuando bajas la base de maquillaje o aplicas polvos bronceadores en cuello y escote.